lunes, 23 de julio de 2007

solitudine


Soledad, ¿por qué no hay otra cosa? Las relaciones, en general duran tan poco que esta invitada eternamente regresa y uno se pregunta si no será aconsejable de una vez por todas, acostumbrarse a éste efecto, sin sensación de ausencia ni de acto incompleto.
Es tan fuerte su presencia que como una gripe que nos persigue, vamos a los bares, entramos al metro, con la intima esperanza de querer hallar la cura, detener las reencarnaciones de este espíritu taciturno que merodea para perforar nuestra carrocería.
Taladra y siempre penetra, recordándonos cínicamente nuestra necesidad de penetrar. Hacia allí vamos. Poco dura el cine, la salida nocturna, el porro, la risa entre amigos, al viaje a la montaña. Me repiten que una íntima conexión con uno mismo desde el silencio, lo que habitualmente se llama meditación, cura. Pero es tan complicado para el pobre hombre moderno desestigmatizar su pertenencia a la vida conyugal, al viaje a dos que la identificación aplana el silencio con sus ganas de gritar. Se desnuda el deseo y más que nunca estamos expuestos.
Íntimamente sabemos que en cuanto se pose aquella hoja de parra sobre la espalda de este invencible caballero, la flecha penetrará confiriéndole nueva mortalidad, retornándolo al dominio del tiempo. Fue la sangre del dragón que había inmunizado. Así como Sigfrido y su bestia dragonesca, nuestro enemigo nos conoce, en esta relación perversa de torturador-torturado. La posibilidad de escapar se presenta a cada momento y de alguna manera nos da miedo. No podremos decir que estábamos completamente acostumbrados a la soledad pero si a no estar con alguien.
Por último es imposible afirmar cual de estas dos partes es la más difícil a sobrellevar. Me temo que ambas lo son y por desgracia, la que me tocó a mi no vierte su sangre, no me hace invulnerable todavía.

lunes, 16 de julio de 2007

Rimbaud (traducido)

SENSATION
(traducción m.v)
Por las tardes azules de verano,
picado por el trigo, pisaré la pradera.
Soñador, sentiré el frescor a mis pies.
Dejaré al viento bañar mi cabeza desnuda
No hablaré, no pensaré nada.
Pero el amor infinito me subirá al alma,
Y me iré lejos, bien lejos
como un bohemio por el campo,
feliz como con una mujer.

jueves, 12 de julio de 2007

Receta


Sólo dos filetes de merluza, medio zucchini, sólo una cebolla echalotte, dos papitas cortadas finas. Esperar. Pimienta, tomillo y un toque de vino blanco. Se puede agregar crem fresh y moscada al final. Esperar de nuevo.
Vivo solo.
foto: gentileza de jorge bayo

Charles Bukowhisky

"Apostrophes" programa literario francés de los 80’, un grupo de intelectuales hablando de todo y nada, con la presencia estelar de Bukowski. "Mi verdad la presento atractiva como una jovencita en minifaldas, ¿uién no estaría interesadoen conocerla? La verdad de los filósofos es verdadera, pero tan aburrida..." dijo al principio.
Suponemos que el whisky fue voluntariamente aceptado por la producción del programa, que de esa manera se evitaba un escándalo mayor, si obligaba a Buk a la abstinencia.
Al final, nuestro amigo intenta de un manotazo lo que toda la noche había estado preguntándose si aquel buen-hombre no llevara peluca en realidad.
nota: si no llegan con el francés, adelanten hasta minuto 2h18 (es regresivo)para ver el mágico desenlace. El viejo de la tapelu dice al final: "no habia que dejarlo beber" y el presentador responde"fue el quien trajo sus bebidas"

lunes, 9 de julio de 2007

esos chaparrones


En las represas de la Patagonia esperan el agua, no llueve y hay crisis energética. Aquí en Paris, es verano y no para de llover. He salido este mediodía para echar unos euros a mi heladera y regresando del supermercado, debí meterme bajo el abrigo del techo de un negocio cerrado. También llegó una chica de origen asiático, bastante mojada ya, como si viniese en el sentido de la lluvia. Eso mismo le pregunté y ella rió. Estaba de visita en Montmartre, quería ir hasta la parte de arriba donde están los retratistas. Normal. Me despedí y corrí hasta casa con las bolsas. Podría haberle hablado más, la situación era propicia para conocerla, pero supongo que no me gustó tanto o que estaba muerto de hambre porque ni bien llegué a casa tiré dos hamburguesas en la sartén. Comí escrutando por la ventana como aquel frente siniestro avanzaba hasta cubrir como un toldo negro nuestro barrio-colina. Llovía todavía con más intensidad: las gotas se estrellaban directamente contra los vidrios de las ventanas uniéndose a micro gotas ya existentes, bajando en slalom hasta desaparecer. En este pixelado cuadro transparente miraba yo el cielo hasta donde me permitían las recortadas formas de los edificios. Ningún augurio de cambio por el momento. Las penumbras habían ganado paso en la habitación y yo seguía inmóvil al costado de la ventana con el plato vacio en las manos juntas. Seguí el destino de dos o tres gotas hasta que mi vista quedó por fin reconcentrada, estrábica, entre el vidrio y el cielo. Es quizá, mi única forma de meditar, de volver a mi mismo. Lástima que un chaparrón semejante azote tan esporádicamente a éste seco confort.
nota: la foto viene de www.dialogica.com.ar/.../lluvia.jpg

sábado, 7 de julio de 2007

LONDON LONDON


Fernando y su mujer viven en Hackney. Alli inicié mi paseo hasta el Victoria Park. Continuando la Homerton street se llega hasta un canal que servía de nexo carbonero entre Manchester y la capital. Bajé hasta el borde del canal, "marsh", zona verde, natural donde cohabitan especies de aves y hasta zorros. Hay personajes que pasan en bicicletas con asientos y japonesas despistadas. Pasé un puente con una péniche abandonada y corroída e inmediatamente giré la cabeza para buscar un punto de refrencia pasado. Fue allí que pude leer en lo alto de una construcción fabril MATCHBOX Toys, desolado paraje, recuerdo de mis horas infantiles en el piso de casa. ¿Cómo no perderse?

Llegué sin embargo a uno de los gates del Victoria Park, sólo caminé hasta el mapa-cartel del lugar pero no me animé a penetrar más allá. Ladeé el park empujado por el nombre de una calle conocida imaginando poder llegar con la misma facilidad hasta el restorán argentino de la Broadway market street. Avancé lentamente, había viento y tarareé Time is on my side, pensando en la perenne cabellera de Jagger, en aquella vieja necesidad de controlar la angustia implacable del calendario.

London, prohibido fumar en los pubs, London, buses rojos eléctricos, London fiesta brasilera sorpresa.

Llegamos al dia del regreso, tomé el bus de eurolines, y pude dormir un poco. Esta vez no subimos a ningún ferry; cruzamos al continente por el eurotunnel. El bus entra en un vagón vacío que se transforma en un hermético pasillo de startrek. Permanecemos en el bus, sin poder ver nada. Sospechamos que estamos andando: el bus se mece, pero ya no hay sueño. Después campos de la France hasta Paris é finale de la giostra.
¡Lo olvidaba! Mis amigos me enviaron una foto de nuestra visita al meridiano de Greenwich. Punto cero. Todavía no sé lo que esta linea separa ni por qué crecen más rápido las uñas cuando hacemos un viaje.